A día de hoy disponemos de los materiales y metodología adecuada para tratar a pacientes con autismo.
En la Clínica Paula Vidal contamos con técnicas específicas y además hablamos con los padres para que nos traigan a su hijo con autismo a la clínica de una manera frecuente porque es vital establecer una relación adecuada médico-paciente, creando también lazos con el equipo auxiliar.
Los niños con autismo suelen padecer enfermedades bucales como la caries, el bruxismo o la enfermedad periodontal. Con tal de prevenir los graves efectos que supone padecer alguna de estas patologías en sus bocas, recomendamos acudir a la clínica para revisiones con periodicidad. Ellos suelen aprender a través de la rutina y lo predecible. La repetición es lo que les hace aprender, y la rutina les resulta beneficiosa.
Uno de los métodos que empleamos para trabajar con ellos es la rutina, seguimos siempre los mismo pasos al dirigirnos a ellos, y hacemos sesiones de desensibilización en la que explicamos minuciosamente cada procedimiento, para que no se lleven sorpresas. Todos sus tratamientos han de ser programados y explicados con anterioridad.
Los pacientes con estas características tienen un mayor riesgo de padecer traumatismos dentales, debido, en su mayoría, a la hiperactividad, un síntoma que se considera común en el autismo, en especial en los niños más pequeños. Una alta incidencia de bruxismo, que puede afectar a las mandíbulas y la musculatura facial, es común también en los pacientes autistas. Además, aquellos que sufren crisis convulsivas, y que por tanto toman medicamentos anticonvulsivantes, tienen mayor riesgo de sufrir un crecimiento excesivo de las encías (hiperplasia gingival).